Tamara Landau

El Nacimiento imposible o el niño enclavado - fobias y neurosis de angustia

Prólogo

Nací apátrida en Italia, de padres de origen húngaro de Transilvania, sobrevivientes de la Shoah.
Desde mi nacimiento, fui su psicoanalista y su intérprete.
Sumergida en una babel sonora de lenguas que no me eran destinadas,
Húngaro, rumano, yiddish, alemán, hebreo,
Me construí en la orilla de las alfas privativas que esmaltan mis nombres,
Arrebujada en el calor sensual del italiano, mi lengua adoptiva.
Esa lengua que, desde pequeña, me empeñaba en enseñar a mi madre.
Mi ilusión de niña, cuando yo, frente al espejo, me hablaba en todas esas lenguas,
Para remedar los gestos, pero sobre todo para buscar un interlocutor,
Era inventar una lengua al menos europea.
He luchado toda mi vida, sostenida por este anhelo,
Del cual me queda, como vestigio, un acento entreverado.
Me considero hoy como una psicoanalista-artesana políglota:
Fui aprendiz de los maestros del psicoanálisis de lenguas diferentes
Y me sitúo, en mi práctica corriente, del lado de mujeres y de ingenuos.
No soy ni una erudita, ni una científica, y avanzo según mi intuición,
Intentando oír, «ver» con mis ojos y seguir pensando.
Transmitir mis reflexiones desde la escritura ha sido para mí una prueba.
Para lograrlo he tenido que atacar primero la piedra a mano, con el escarpelo y el cincel,
He osado abordar la «roca del origen» de la castración primitiva,
Formular lo impensable de la Madre primordial
E imaginar lo real inhumano de la procreación.